Loading

¿Por qué todos hablan de la slow life?

 ¿Necesitas ir más despacio, ir a lo esencial, estar más concentrado? ¡La slow life es la solución para mejorar el bienestar! Inspire by VP revela todo lo que necesitas saber sobre este modo de vida.

¿Qué es la slow life?

En 1986, Carlo Pietrini creó en Roma una asociación llamada Slow Food en respuesta al frenesí de la “fast life”. Porque vivir a toda velocidad ha conducido a una mala higiene alimentaria, a la homogeneización de los gustos y especificidades culturales. Carlo Pietrini se centra, principalmente en la gastronomía. ¿Su propósito? Tomar el tiempo para recuperar una dieta saludable mientras vuelve a platos tradicionales.

La slow food seduce a numerosas personas, hasta el punto de extenderse a una slow life. Agotados, saturados por el funcionamiento de las sociedades, cada vez son más las personas que se interesan por este nuevo modo de vida.

La slow life permite recuperar el control del tiempo y la calma en la vida personal y profesional. Es decir no al estrés, las tensiones, las presiones, la rapidez, las pantallas, la sobreproducción y el consumo excesivo; significa entrar en la era de la realización personal, la paz y la alegría interior, la riqueza y la admiración, la calidad y la creación de cohesión social.

En su canción, “Slow Life” Oxmo Puccino defiende poéticamente este modo de vida: “Slow no es la no-life (…) respira un poco escucha tu corazón”.

Elegir la slow life, no es en absoluto sinónimo de pereza, sino de tomar decisiones, ganar en productividad y creatividad, y lograr una mejor concentración. ¿Al final? ¡El bienestar, simplemente! No tan dura, ni tan restrictiva, la slow life es accesible para todos, en cualquier momento y en cualquier lugar.

Beneficio: estar anclado en el espacio y en el tiempo

La slow life sigue a sus adeptos en todo momento: las manos en la harina, las manos en la tierra, las manos en el rostro… Se ancla en el espacio y en el presente, tomando el tiempo para hacer, mirar a su alrededor y dar importancia a las pequeñas cosas de la vida.

Este modo de vida es una desconexión total con lo virtual para estar en simbiosis con la realidad. Se trata de conectarse de nuevo con su propio centro, su interior, y así, hacerse preguntas. Tómate el tiempo para vivir. Darle preferencia a la simplicidad y la calidad es la palabra clave.

En todos los ámbitos, se trata de una búsqueda que conduce a un equilibrio de vida que corresponde a cada individuo.

Bajar el ritmo para vivir

La slow life es una especie de revolución interior. Es una revelación, una toma de conciencia donde, poco a poco, a su propio ritmo, se logra un equilibrio perfecto y satisfactorio. Cada momento se vuelve precioso, la vida a mil por hora se cambia por una vida más serena, ¡y al ritmo de los recursos que ofrece el planeta!

Pensador y escritor francés, Pierre Rabhi es un firme defensor de una sociedad más respetuosa con las personas y el planeta. De sus esperanzas nació el movimiento Colibrí creado en 2007. En su libro Hacia una feliz sobriedad denuncia “que tendremos que responder a nuestra verdadera vocación que no es la de producir y consumir hasta el final de nuestras vidas, sino la de amar, admirar y cuidar la vida en todas sus formas”. La Marca de cosmética alternativa, Végétalement Provence se une en esta visión. Se compromete en limitar el impacto medioambiental de sus creaciones y adopta el desarrollo sostenible a todos los niveles.

Los esenciales para adoptar la slow life:

  1. Adoptar un modo de vida más responsable: ser un actor en tu vida, no un espectador.
  2. ¿Pérdida de tiempo, desconcentración, ineficiencia en el trabajo? Desconectar los teléfonos, ordenadores, tabletas o cualquier otro medio digital.
  3. Sentarse, acostarse, descansar y relajarse para escucharse, reflexionar y definir tus prioridades y hacer sólo una cosa a la vez.
  4. Hacer una pausa y tomar tiempo para crear un vínculo social porque es una necesidad fundamental. Por otro lado, no olvidarse, cuidarse y disfrutar plenamente de estos momentos.
  5. Cocinar slow food, ¡por supuesto! Hacer jardinería, leer, escribir, hacer o escuchar música y pasar tiempo con sus hijos.

Caminar o andar en bicicleta en lugar de ir en coche o autobús, ayuda a reconectarse con la naturaleza.